La caja de Pandora no era una caja, sino una jarra que contenía todos los males del mundo, incluida la esperanza. Se trata de uno de esos caprichosos errores de traducción, o tal vez de las inevitables transformaciones que sufren las historias en la tradición oral. De la misma manera algunos dicen que la manzana de Eva no era una manzana, sino un fruto indeterminado, los paralelismos entre estas dos mujeres se hacen obligados. Pandora fue en el mundo griego la primera mujer, igual que Eva. Pandora desobedeció al abrir la jarra provocando con ello la aparición del mal en el mundo, igual que Eva.
El engaño de Prometeo
Pandora no fue otra cosa sino la consecuencia de las andanzas de Prometeo, un titán y por lo tanto inmortal, que siempre estaba ayudando a los mortales. Con la idea de favorecer al más débil, Prometeo consiguió engañar a Zeus respecto a la parte que debía ofrecerse a los dioses en los sacrificios: los mortales se quedaban con la carne del animal y a los dioses se les ofrecían los huesos. Como esta repartición quedó establecida por medio de un engaño de Prometeo, Zeus decidió castigar a los hombres arrebatándoles el fuego. Pero Prometeo intervino de nuevo a espaldas de Zeus y robó el fuego para devolvérselo a los hombres.
El castigo de Zeus hacia Prometeo consistió en encadenarle por toda la eternidad a una montaña en el Cáucaso en donde un águila le devoraba el hígado durante el día, hígado que durante la noche se regeneraba. Respecto a los mortales Zeus ideó otro castigo que duraría también toda la eternidad.
La creación de Pandora

Así surgió la idea de crear a la primera mujer, Pandora, ya que hasta entonces los mortales habían sido únicamente de género masculino. A partir de entonces los hombres necesitarían de las mujeres para la continuación de su especie.
Pandora, fue modelada por Hefesto, el dios artesano, creándola semejante a las diosas. Y el resto de los dioses olímpicos fueron dotándola de cualidades. Afrodita le otorgó el poder de la seducción, Atenea le enseñó las habilidades domésticas y Hermes introdujo en su ánimo el carácter voluble y la mentira. Con estas y otras muchas cualidades Zeus le dio la vida y la envió a los mortales como un castigo disfrazado de regalo.
Fue Hesíodo quien nos transmitió con todo detalle el proceso de creación de esta primera mujer y sus consecuencias, incluso hay quien afirma que este episodio no pertenecía al corpus de relatos míticos, sino que fue inventado por el propio Hesíodo, reconociendo en la mujer uno de los mayores males del hombre.
La caja de Pandora
Zeus entregó el regalo directamente a Epimeteo, el hermano de Prometeo. El olímpico le explicó que le enviaba una compañera con quien compartir la vida y al ver a la joven tan hermosa, Epimeteo no dudó en aceptar el regalo. No hay acuerdo sobre si la jarra, que no caja, la llevaba consigo Pandora o se encontraba ya en casa de Epimeteo. El caso es que a la joven se le advirtió que bajo ningún concepto abriera esa jarra. Pero otra de sus cualidades, su naturaleza curiosa, le impidió obedecer y un buen día abrió la jarra.
Dentro de la jarra estaban encerrados todos los males que la humanidad desearía evitar: la guerra, la vejez, el trabajo, la enfermedad, el vicio, la locura y la envidia, entre otros muchos. Todos ellos salieron de caja y se instalaron en las vidas de los mortales para siempre. Pandora se asustó y consiguió cerrar la jarra antes de que saliera la esperanza.
Así nos lo cuenta Hesíodo en Trabajos y Días, 94-99 y traducción de M.ª A. Corbera Lloveras.
“Pero aquella mujer, al quitar con sus manos la gran tapa de la tina los dispersó y preparó para los hombres tristes calamidades. Únicamente quedó dentro la Esperanza, entre sus indestructibles paredes bajo los bordes de la tinaja, y no salió volando hacia la puerta, pues antes Pandora le puso la tapa de la tinaja, por voluntad de Zeus portador de la égida y amontonador de nubes.”
De esta manera Pandora representa el origen del mal en el mundo, como más tarde lo sería Eva. Pero en contraposición a tanta desgracia, aún hay esperanza, que es lo que queda en la jarra.
Los males en el mundo
El hecho de que la esperanza, que se considera algo positivo, se quedara dentro de la jarra ha provocado innumerables debates porque no se entiende bien que estuviera junto con todos los males, y no falta quien ve en este relato la base del dicho popular “la esperanza es lo último que se pierde”.
Pero, ¿es la esperanza un don y no uno de los grandes males de la vida? Tampoco queremos volvernos locos con debates de semejante calado filosófico, pero vamos a abrir el debate. ¿La esperanza no aparece cuando algo no va bien?, ¿la esperanza no es una espera de algo que falta o que está por llegar? ¿Y qué me dices de esa esperanza en el cambio que te mantiene atado en el mismo punto?
Laura Vélez
Me parece curioso cuando menos, que si la jarra contenía todos los males del mundo. la esperanza tambien estuviera en su interior.